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PODEMOS COMO FRACASO “POLÍTICO” DEL 15M

“Publicamos en el blog este artículo que por su extensión y porque sus contenidos pueden generar debate interno, no ha sido posible darlo a conocer a través del periódico de las asambleas del 15-M, esperando que en un futuro contenidos semejantes también pudieran tener cabida en el mismo.

Nota: Al no tener limitaciones de espacio, nuestra ABP consideró oportuno ampliar su contenido (en rojo el texto original y en negro la ampliación)

15mFormato PDF El 15M surgió en Madrid como movimiento popular en mayo del 2011. Apareció fulgurantemente en una movilización de decenas de miles de personas, con extensiones y solidaridades en muchos puntos de España y del mundo. Surgió como protesta contra las consecuencias de la “crisis” inducida por los poderes financieros, que se tradujo para las clases populares en paro y grandes “recortes”, tanto en salarios y en condiciones y derechos laborales, como en los derechos sociales a una educación y una sanidad universales, públicas y eficientes, conquistados con una larga e intensa lucha por las clases trabajadoras durante las últimas décadas. Los poderes económicos quisieron ampliar la apropiación de la plusvalía del trabajo a base de salarios precarios, de peores condiciones de trabajo, de recortes en educación, sanidad, servicios sociales,…bien directamente con su explotación o indirectamente mediante la privatización. Como justificación de estos incrementos del expolio del trabajo funcionó la idea de que el Estado tenía que pagar una deuda contraída con los poderes financieros, siendo así que éstos fueron los que se beneficiaron de los “rescates” públicos, a pagar por todos los ciudadanos. (No debemos, no pagamos…).

Por otra parte, las medidas políticas para articular el expolio las arbitran gobiernos que se perciben más como lacayos o virreyes de los poderes financieros que como representantes de los intereses del pueblo: No nos representan; lo llaman democracia y no lo es. Todo ello adornado con frecuentes y flagrantes casos de corrupción: No hay pan para tanto chorizo.

En el 15M confluyen todos los “indignados” por esa situación en la asamblea de “Sol” y sus gemelas en otras ciudades. En Madrid, cuando la asamblea permanente de Sol se hace insostenible, el 15M se traslada a las “plazas” de barrios y pueblos, con decenas de miles de participantes. El movimiento se mantuvo en auge unos meses. Pero pronto el número de personas que participaban en las asambleas decreció, como ha ocurrido siempre históricamente en casos de movimientos populares de amplia base desarrollados al margen de organizaciones consolidadas. Sin embargo, en el 15M se mantuvieron las asambleas con la gente más comprometida y activa del movimiento en torno a unos objetivos de transformación social y una identidad organizativa clara: la asamblea horizontal. Con ello, el movimiento siguió teniendo una gran fuerza en los dos años siguientes. Generó acciones masivas y otras más locales contra el paro, por la transparencia municipal, por los derechos sociales,… Participó en la gestación y desarrollo de importantes iniciativas como el Tribunal Ciudadano de Justicia, 15Mparato, Stop Desahucios, No somos Delito, bancos de alimentos,…Contribuyó grandemente en la puesta en marcha y desarrollo de las mareas azul (agua), verde (enseñanza), blanca (sanidad),…Marchas por la Dignidad del 22M. Organizó encuentros abiertos como las Ágoras y el Mayo Global. Durante los primeros años, según diversas encuestas, mantuvo una “simpatía” ciudadana cercana al 70% de la población, lo que suponía un enorme caudal social y político. De hecho, diversas formaciones políticas, que antes habían menospreciado el valor del 15M, empezaron a acercarse a él.

Éste es el momento clave en la evolución del 15M. Éste tenía ante sí dos opciones:

  1. Seguir como movimiento social sobre la base de las asambleas de barrios y pueblos.
  2. Articularse potentemente como opción política integral y asamblearia horizontal que planteara la lucha contra las instituciones muertas y la creación de otras nuevas.

El debate en el seno del 15M fue muy intenso y duro, bien es cierto que no en los términos políticos explícitos señalados supra, sino trufado, al menos en Madrid, en torno al carácter que debía tener la coordinación de las asambleas de barrios y pueblos. Desde que la asamblea de Sol decide trasladarse a los barrios y pueblos, se crea una coordinadora entre éstos, la APM (Asamblea Popular-de barrios y pueblos- de Madrid). Desde su misma puesta en marcha se discute sobre el carácter de la APM, polarizándose el debate en dos posturas:

  1. Las asambleas que optan por una coordinación solo informativa y de apoyo mutuo en acciones.
  2. Las que optan por una coordinación, además de informativa y de apoyos mutuos, con capacidad para tener iniciativas propias o de acción social y política sobre la base asamblearia horizontal propia del movimiento.

Estas dos opciones coinciden grosso modo con las dos posibles vías de evolución señaladas más arriba. El debate dura dos años y, aunque al final se consensuó la segunda opción, el 15M había sufrido un enorme desgaste, que unido al descenso de la participación militante, dejó en el camino a muchas asambleas: de las 120 iniciales el número de asambleas activas baja a 80, a su vez con un menor número de miembros activos. De ellas, un tercio, aproximadamente 20-25, participaban asiduamente en la APM; otro tercio se sentía de la APM, pero no participaba activamente; y el tercio restante se desentendió totalmente de la coordinadora. Un año después las asambleas activas bajan a cincuenta, aunque los porcentajes se mantienen. Aún así, en el 3º Aniversario del 15M, la APM publica un documento, fruto del debate colectivo en las asambleas, que es sin duda el documento común más importante del 15M: Balance y Perspectivas del 15M, que debía completarse con un segundo documento, Objetivos Políticos a corto plazo del 15M, que aún no se ha terminado de elaborar. En estos momentos, tras la aparición de Podemos, la situación del 15M y de la APM es aún más precaria.

El 15M ha perdido la oportunidad de constituirse en una gran organización que planteara la lucha política más allá de las reivindicaciones de barrio o la participación en movilizaciones, en las que cada vez se siente más minoritario. El 15M tuvo el 70% de simpatía ciudadana, tuvo una amplia base militante en sus asambleas, y unas ideas y formas organizativas que suponían realmente unos elementos transformadores de la sociedad. Pero el 15M no entendió lo que debía hacer; se quedó, mayoritariamente, en sus asambleas con objetivos y luchas locales o de apoyo a movilizaciones más amplias que surgían de otros enfoques. Recuerda, salvando las distancias, al momento en que la CNT, en el 36, tenía en Cataluña el poder en sus manos y cedió su gestión a los nacionalistas en vez de darle la vuelta a las instituciones. También recuerda el momento de la “transición” en que, tras las grandes luchas posteriores a la muerte de Franco, muchas de ellas de carácter asambleario, las asambleas, carentes de una articulación propia, ceden su poder a los sindicatos y la política al PSOE, que recogen todo el caudal social transformador de la transición.

En paralelo con lo anterior, en un bucle que parece infinito, Podemos irrumpe políticamente y ocupa el espacio que el 15M no quiso o no supo ocupar. Por eso titulamos esta reflexión: Podemos como fracaso “político” del 15M.

Calificamos de “político” el fracaso del 15M. Fracasa en no saber dar el salto a organización política integral. Pero no fracasa en otras muchas cosas: despierta la conciencia de una ciudadanía dormida, señala los elementos claves políticos y sociales de la crisis, reactiva a muchos viejos militantes e incorpora a otros muchos nuevos a las luchas sociales y políticas, pone en pié las formas asamblearias horizontales de organizarse y luchar,…En realidad el 15M es uno de los movimientos sociales más importantes y emblemáticos de la historia de nuestro país, y mucha gente se siente identificada con sus planteamientos y orgullosa de pertenecer o haber pertenecido a sus asambleas y haber participado en sus iniciativas. La ciudadanía se sintió mayoritariamente atraída por sus principios y sus luchas. No ha fracasado el 15M, no. Pero como todo proyecto social, si no crece, decrece: la estabilidad social no existe. El 15M no dio el salto político para crecer, se estancó y se diluye.

Su lugar “político” lo está ocupando Podemos, que ha recogido la simpatía popular y la esperanza ciudadana de transformación que perteneció al 15M. Por eso Podemos es la metáfora del fracaso político del 15M. Pero Podemos no sólo ocupa el lugar político que el 15M no supo ocupar, sino que ha recogido parte de su espíritu y de sus militantes. Los propios dirigentes de Podemos hacen constantes guiños a su origen quincemayista y lo que han heredado de él. Buena parte de sus círculos son asambleas del 15M o los integran en buena parte antiguos miembros de éstas, que intentan trasladar a Podemos el sentido asambleario de base y participativo del 15M, con desigual fortuna, por cierto. Incluso muchos de estos militantes de Podemos procedentes del 15M mantienen también su pertenencia a sus asambleas, aunque el tiempo y el esfuerzo que implica la doble militancia está inclinando su pertenencia activa hacia Podemos.

No nos queda más que saludar a Podemos como instancia de acción popular y desearle que avance en la dignificación de los ciudadanos. Colaboraremos desde el 15M en sus iniciativas que sean compatibles con nuestros planteamientos, pues no somos sectarios ni “odiamos” a Podemos. Al contrario, creemos que una fuerza política popular como ellos puede hacer grandes cosas en nuestro país. No obstante, sí queremos recalcar que la herencia quincemayista de Podemos no pasa más allá de esas declaraciones a que aludíamos antes, de la canalización del magma social que puso en pié el 15M y de esas pertenencias de buena voluntad de gentes procedentes de asambleas del 15M. Porque Podemos no es, por una parte, una organización revolucionaria que quiera transforman de raíz el sistema capitalista, como sí lo es el 15M ni, por otra parte, es una organización asamblearia horizontal, como sí lo es el 15M.

¿Y cuál es el futuro del 15M?. La historia es irreductible. Movimientos sociales como el 15M han surgido muchas veces en muchos lugares en la historia. Han ofrecido el empuje y el esfuerzo de miles de militantes que han favorecido avances notorios en los derechos ciudadanos. Pero siempre han “desaparecido” en el reflujo posasambleario, capitalizados sus esfuerzos por organizaciones sólidas. Aunque no desaparecen del todo. Históricamente han quedado reductos de gentes utópicas de práctica revolucionaria y gestos asamblearios que han mantenido el hilo de la historia transformadora, para reaparecer enervando posteriores movimientos sociales como el 15M. Nos queda pues consolidar nuestra aldea gala irreductible contra los romanos y trabajar por nuevas mareas revolucionarias en la historia, que vendrán, como siempre ha sucedido. No obstante hay que aprender de una vez para otra. La debilidad de los movimientos asamblearios revolucionarios consiste en que no alcanzan un nivel organizativo potente. Hay que ir preparando soluciones en ese sentido, construyendo una organización política integral y asamblearia horizontal que sea capaz de promover luchas populares, o proyectarse en ellas para construir movilizaciones ciudadanas con objetivos revolucionarios, organización integral y dinámicas transformadoras.

La organización integral que hemos de ir construyendo, como se ha apuntado tantas veces en la historia, tendría las siguientes características:

  1. Globalidad: superación de la escisión tradicional de las organizaciones obreras en partidos/sindicatos/organizaciones culturales, planteando todos los “frentes” desde la misma organización.
  2. Totalidad: superación del “gradualismo” estratégico clásico, que deja para los sindicatos y las organizaciones sociales las luchas reivindicativas inmediatas, que necesitan menor “grado” de conciencia y para el partido –la vanguardia consciente- la dirección política estratégica.
  3. Horizontalidad: superación de la escisión entre dirigentes y dirigidos, propiciando la igualdad real en una autoorganización o autogestión asamblearia, con participación real de todos sus miembros en todos los campos, desde la decisión estratégica o táctica hasta la elaboración de análisis y proyectos.
  4. Comunidad: adelanta en sus formas de convivir, de relacionarse, de actuar los objetivos finales de la transformación, vive “ya” la utopía, el desarrollo global de las personas como eje de todo el trabajo transformador.
  5. Una organización formativa, que educa a sus miembros, como personas políticas, en todo lo anterior y se proyecta socialmente no sólo “actuando” sino también “educando”. En definitiva la organización integral como “acción ejemplar” que adelanta el futuro que queremos.

11 comentarios el “PODEMOS COMO FRACASO “POLÍTICO” DEL 15M

  1. Es un buen análisis, interesante porque se atreve a valorar el futuro del 15M y ofrece alguna solución.
    Muchas gracias.

  2. No deja de hacerme gracia que caminando sobre aguas pasadas todos sean profetas.
    Hace ya dos años (¡dos años! parece que fuese ayer) un grupo de personas pertenecientes a distintas asambleas del 15M formamos un grupo de trabajo al que llamamos Por Un Bloque Social Inclusivo. Fuimos los primeros en defender que el 15M podía y tenía el deber de dar una respuesta política institucional a los problemas diarios y concretos de la ciudadanía. Aunque hicimos un llamamiento a todas las asambleas del 15M a unirse a nuestros debates, pocas respondieron. Redactamos un manifiesto consensuado por las asambleas de San Blas (la más activa desde el principio, con compañeros/as que han tenido muy claro este tema mucho antes de Podemos), La Conce y La Elipa. A título personal, nos unimos gente de Chamberí y Colmenar Viejo. La asamblea popular del Barrio del Pilar ni nos contestó.
    En los debates que siguieron, en la llamada asamblea de Las Descalzas, personas pertenecientes a E. Sol y sobre todo Política a CP nos boicotearon deliberadamente, con el argumento de que debíamos debatir «cuestiones previas» como «deconstruir el proceso constitucional» o si el 15M «influye o confluye». El periódico oficial del 15M nos vetó. La APM simplemente nos ignoraba en el orden del día. En las asambleas de barrio nos machacaron: al parecer, era imposible una propuesta política sin previamente construir «poder popular».
    Así perdimos cuatro meses cruciales en los que el 15M podía haber impulsado un proceso real de convergencia «desde abajo» como siempre defendimos, podría haber sido el pegamento que aglutinase a los que ya existían como AdA y SUMA, trabajando junto a ellos.
    Duele aunque no sorprende, comprobar que muchas de las personas que más ferozmente me criticaron en mi asamblea o que llegaron a insultar a los compañeros de Colmenar, no han tenido el menor reparo en unirse a Podemos o Ganemos. Es increíble constatar la cantidad de gente a la que se les apareció un ángel con coleta el día posterior a las elecciones europeas.
    Verdad es que muchos compañeros que participaron de buena fé en las asambleas del 15M se han unido masivamente a Podemos; pero no es cierto afirmar que Podemos sea la evolución natural del 15M puesto que este fue claramente un movimiento social apolítico y no otra cosa. ¿Fracaso, oportunidad perdida del 15M? Desde luego que no, puesto que esa vía se rechazó conscientemente. Sencillamente, el «asalto institucional», la llamada «cuestión electoral», era un tema tabú que molestaban claramente a un amplio sector del 15M (a veces por intereses partidistas o personales) y que era mejor obviar como si no existiera.

      • José Luis, soy Felipe de la A. Barrio del Pilar. En tu comentario a nuestro artículo deslizas algunos errores que me gustaría precisar.

        Es cierto que San Blas, La Conce y La Elipa hicieron una propuesta a la APM en línea de lo que dices, pero no es cierto que se le cerrara la puerta a ser considerada. Ocurrió que estabamos empezando un debate más amplio sobre «objetivos políticos a corto plazo» del 15M y se consensuó en la APM incorporar la propuesta de S. Blas y cía en ese proceso, con la aprobación de los proponentes.

        No es cierto que en nuestro artículo afirmemos que Podemos s una continuidad del 15M. Decimos que la inoperancia del 15M para construir una alternativa política de base y asamblearia (no un partido político electoralista), dejó el campo libre a Podemos. Por eso con podemos se patentiza el fracaso «político» del 15M.

        Por otra parte nuestra asamblea ha estado y sigue estando muy activa en el impulso de un consenso de la APM sobre objetivos políticos del 15M

    • Nadie pretende ser profeta, simplemente analizar las situaciones para no volver a cometer los mismos errores. Personalmente desconozco de que alternativa hablas, hemos estado involucrados en demasiadas tentativas y en muchas ocasiones nos han desbordado los acontecimientos, si al menos en esta ocasión somos capaces de reflexionar sobre lo que ha pasado, aunque cada uno tenga su punto de vista, puede que la siguiente vaya por otros derroteros.
      Miguel Angel

  3. “El 15M ha perdido…”
    Integrando la visión que se presenta en éste párrafo, hay que aceptar primero, que somos personas que cuando emitimos una opinión o nos formamos un concepto, lo hacemos desde la doble vertiente de la “mente fría” y de nuestro potente complemento emocional. Para ambas proyecciones, tenemos sendos sectores en nuestros cerebros.
    La asamblea de Sol fue muy variopinta. Rica por ello, pero poco propicia a conclusiones ejecutivas. Sus participantes hemos integrado toda la gama de contenidos políticos e ideológicos posibles; hemos tenido y contamos con unas escalas muy amplias de costumbrismos de acción política y pretensiones nuevas ancladas también allí. Así que en Sol no existía una situación material capaz de encarar la difícil tarea de proyectar una organización medianamente homogénea – ni siquiera funcional. Ese ha sido el origen de las asambleas de barrios y pueblos.
    Las trasladadas asambleas a su vez, en cada barrio y pueblo, se constituyeron con los activistas nuevos y viejos con los que cada localidad contaba. La presencia de los partidos y organizaciones políticas y sindicales, fue muy variopinta. Cada asamblea tuvo así, su proyección personalizada en función de la tendencia más potente de cada colectivo. La buena convivencia en las asambleas fue fruto de los pensamientos ligados a las “normas” de comportamiento a seguir, antes que a las coincidencias políticas e ideológicas existentes.
    Mal se pudo ni se puede hoy exigir a esas asambleas, que se comporten como 15M coherentes.
    Sí es probable que sea posible plantear, producida la criba en marcha entre Podemos, la Obra Social PAH y la deserción lenta de los inseguros -por las razones que fuesen- una especie de “refundación” del movimiento, que encare la construcción de esa organización con miras más amplias y ambiciosas, que se plantee tener como centro a las personas y por ello, una política anclada en las necesidades de la gente, que tenga absolutamente claro que junto al bienestar de las mismas, es indisoluble tener en cuenta la restauración del medioambiente para garantizar la perdurabilidad de la Especie. El 15M es un pensamiento local, pero totalmente vinculado al concepto de universalidad del ser humano. Pasa por ello del barrio o pueblo a la ciudad, de allí a la provincia o comunidad y desde éstas al país. El pensamiento colectivo y las nuevas tecnologías de la información deberán solucionar ese funcionamiento, totalmente posible.
    Lo más económico de nuestra concepción 15M pasa por readecuar nuestra convivencia en el planeta: somos parte de él y a él volvemos. Es decir, hemos establecido un diálogo dialéctico con el mismo, que en su transformación nos ha enseñado que nuestra visión es errónea: no es una lucha dialéctica, sino una convivencia con él. Por lo tanto, la violencia capitalista que actúa depredadoramente y nos conduce al suicidio planetario, se debe reemplazar por un diálogo respetuoso y cuidadoso con el planeta. El 15M es, entre otras muchas cosas, la aceptación que somos, por un lado, la conciencia de la materia y, por el otro, la nueva especie en transición.
    La filosofía que porta el 15M es la concepción de la universalidad de su propuesta. No nos sirve el 15M en España, sino que se debe proyectar esa visión de la vida a todo el planeta. A la vez que asumimos todo lo positivo vivido y que beneficia a las personas, proponemos una convivencia distinta y no violenta para las mismas. Esta propuesta puede comenzar en un país, pero se debe proyectar a toda la Especie.
    Un besoabrazo.

  4. Podemos (We can), sin duda, ha sabido hacer una buena campaña de marketing político basada en un grupo (no lo olvidemos) procedente de una facultad de políticas, pero otros partidos también surgieron. Incluso EQUO surgió unos tres meses después del 15M y lo siguen integrando muchas personas que procedían de las asambleas. Si bien, como pasará ahora el activismo de partido implica mucho tiempo y hace difícil compatibilizar. Como le pasa a la gente de podemos.
    Sin embargo, en mi opinión, la democracia colaborativa es mucho más radical en EQUO (listas abiertas, sin avales, sin planchas, comisión de garantías independiente de la dirección elegida independientemente.
    Por desgracia la aparición en TV sigue decidiendo mucho en este país. Mientras a Iglesias le conoce el 99% de la gente. Después de 4 años a juralde solo el 14% (y a pesar de ello llega al 2% de apoyo). Esta claro que en un país donde programas como GH y similares son los más vistos, (si no eres del PP o afines), no hay nada como las tertulias.
    Me remito al análisis del partido X en las europeas que trata muy bien este tema.

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